ICONOGRAFÍA: ¿Un hombre lobo en nuestras iglesias y catedrales medievales?

Bueno, si este fuera un blog escrito por Iker Jímenez, pues comenzaría con algo así como... ¿Qué puñetas hace un supuesto hombre lobo en todas las catedrales españolas  portando al Niño Jesús? Y ciertamente,  estamos ante un curioso personaje fetiche que durante muchos años iba en los seats 600 y 850 protegiendo al conductor y sus ocupantes.  San Cristobal fue un gol, de marketing eclesiastico, como habría dicho Juan G. Atienza porque no veas la cantidad de imanes que se pudieron vender durante décadas.


Pero este es mi blog, así que empezaremos  desde el principio, ¿Quien es supuestamente San Cristobal? 

Cristobal de Licia, es uno de los santos del yermo. Es decir, es uno de los santos que en el siglo IV, abandonan el Imperio para ser anacoretas o eremitas en los desiertos de Siria y Egipto , tras la paz Constantiniana. San Cristobal, estaría englobado en ese grupo de santos al que pertenece, San Antonio Abad, San Pablo el ermitaño, Simón el Estilita, etc.
Cristobal cinocefalo en  Segovia

En la Leyenda Dorada, de Jacobo de la Voragine, allá por el siglo XIII, se le describe como un gigante cananeo, en algunas tradiciones medievales, se dice que es un principe descendiente de Hiram, un soldado legendario que según la leyenda, quiso servir al amo más poderoso del mundo, se puso al servicio de un rey, pero cuando éste muestra su miedo al diablo, se pone al servicio de Satán, al que a su vez abandona al ser derrotado por 
la visión de una cruz en el camino.  

Después de estas aventuras un ermitaño le habla de Cristo como el amo poderoso que busca, y para encontrarlo se pone al servicio de los viajeros y peregrinos que debían vadear un río sin puente.

Un día, cuando está transportando a un niño, Cristóbal siente un peso progresivo que le hunde en las aguas, necesitando del apoyo de un tronco seco para llegar a la otra orilla. Allí un ermitaño le guía en la noche y el niño se revela como soberano de cielo y tierra, lo que demuestra haciéndole clavar su cayado en la tierra, que pronto se convierte en una palmera colmada de dátiles. 

 A partir de ese momento, el gigante sería conocido como "Christophoros", es decir "el portador de Cristo. Suele verse pintado en las catedrales, y según la tradición quien ve a San Cristobal, no muere ese día.“Christophorum videas Postea tutes eas”, “Regarde saint Christophe, puis va-t-en rassuré”, “Si del gran San Cristóbal hemos visto el retrato, ese día la muerte no ha de darnos mal rato”. Y a tal efecto por toda Europa circularon estampas con la leyenda “Quienes contemplen este rostro, no perecerán en días de mala muerte”. La devoción popular de los viajeros y peregrinos que se encomiendan a su protección cuando van de camino condiciona su habitual representación monumental en los cruceros o entradas de los templos, fachadas de casas o santuarios y puertas de ciudades. Algunos van más allá, y en el nombre, ven tambien cierto parecido con Xristo-Baal, es decir Baal, hecho Cristo. Y ciertamente mala cosa es que la Iglesia nunca se puso de acuerdo con el nombre, siendo, Offero, Réprobo, Relicto, Adócimo...

SAN CRISTOBAL, CATEDRAL VIEJA SALAMANCA, CON PERSONAJES EN EL CINTURÓN Y RUEDA MOLINO



ICONOGRAFÍA Y ATRIBUTOS DE SAN CRISTOBAL

A San Crisobal lo vemos representado como un gigante caracterizado como peregrino y pasador. Rostro barbado, a veces puede llevar un sudario por tocado y estar cubierto con un manto sobre una saya remangada hasta las rodillas sujeta por un cinturón en el que lleva prendidos a los pasajeros, lleva a hombros al Niño que porta el orbe, y se apoya en una palmera a modo de cayado. También en algunas pinturas podemos ver los peces del río entre sus piernas sumergidas y en ocasiones el ermitaño con linterna en la otra orilla. En muchas de las representaciones medievales cuelga de su brazo una gran piedra de molino posiblemente alusiva a su fortaleza.


En Oriente el culto de San Cristóbal está atestiguado desde el siglo V en Bitinia, Asia Menor, desde donde se extiende a Constantinopla y Sicilia en el siglo VI, y por todo Occidente ya plenamente en el siglo X. Su popularidad irá en aumento hasta el siglo XVI, cuando su popular devoción y culto apotropaico frente a la muerte repentina (sin confesión ni comunión) será combatido por los reformistas como superstición. No obstante su culto llega 
hasta la actualidad, a pesar de que la iglesia romana eliminó su memoria del calendario litúrgico en 1969. 

PREFIGURAS Y TEMAS AFINES

Por asociación se le invocaba también contra la peste, como a los santos Sebastián, Antón y Roque, y en Alemania se contaba entre los Catorce Intercesores de la piedad bajomedieval. Pero además se le invocó contra el mal de ojo, el dolor de muelas, los uñeros,  para proteger los frutales o para encontrar tesoros escondidos. Es decir la imagen de San Cristobal fue usado por el mundo cristiano, especialmente en España para alejar influencias malignas (culto apotropaico) quizás fue lo decisivo para eliminarlo del santoral.

SAN CRISTOBAL CINOCEFALO

Pues bien, veamos la tradición de San Cristobal en el cristianismo ortodoxo para entender esta iconografía. Para los ortodoxos, este soldado licio, nació sin padre ni padre, dentro de una tribu antropofaga.El significado iconográfico e iconológico de la figura de San Cristóbal tiene su origen en las tradiciones paganas, lo que le pone en contacto con dioses y héroes, desde Eneas o Hércules al dios Anubis, como portador de las almas en su función de psicopompo. 
San Cristóbal,  más allá de lo evidente, nos de un mundo anterior al cristianismo y que encuentra sus raíces en la mitología de pueblos como el Egipto de los faraones o la Grecia de las guerras troyanas, y aún más, se enreda con las propias divinidades del Olimpo.

El mundo medieval y la iconografía que encontramos en iglesias románicas y goticas, nos vuelve a dejar fuera de combate. 

Es decir, que en nuestras iglesias, tenemos un recuerdo de Anubis, el dios de los muertos, pero además tenemos en su caracter de porteador, una clara alusión a Eneas, el Principe troyano hijo de Afrodita que llevó a su padre, Anquises,  a las espaldas. En su fortaleza y fuerza, vemos un recuerdo de Herakles. 


Por alguna extraña razón que ya explicaré en otro post, su culto donde más arraigó fue en España. En España es donde se conservan la mayor parte de las reliquias.  Y según Tamayo, fueron trasladadas a Toledo el año 258, cuatros años después de su martirio. Las de Valencia fueron trasladadas a Toledo, en el año 828, al ser tomada la ciudad por los musulmanes. Se conserva un brazo en Compostela y una mandíbula en Astorga. En España, tan arraigada la tradición " de Jardín de las Hespérides"; tuvo que relacionarse al santo con Atlas y los míticos gigantes atlantes que vemos en muchos escudos y edificios.
También como psicopompo que cruza un río, vemos la relación con Caronte, el barquero del inframundo.

Y también vemos relación en su iconografía, con el dios tambien psicopompo Hermes, cuando lleva a hombros, al pequeño Dionisios por mandato de Zeus, para que lo críen las ninfas. 

Cristobal, el gigante ingenuo, es sin duda, además el Ser Primordial, el antepasado del germen de la Humanidad, esos gigantes, gentiles, que por alguna misteriosa causa siempre han sido tan afines y próximos, a nuestra mitologia de Jardín de las Hesperides.




Su festividad era el 25 de julio hasta 1969, decía al principio, pues casualmente en numerología, 25 + 7... 14 (Como los pedazos de Osiris), patrón de viajeros, que compartía fiesta con Santiago Apostol.



BIBLIOGRAFÍA:

GARCÍA PÁRAMO, Ana María (1988): Aportaciones al estudio de la iconografía de los santos en el reino de Castilla. Tesis doctoral, UCM. Universidad Complutense, Madrid, pp. 
216-246. 

MARTÍNEZ-BURGOS GARCÍA, Palma (2002): “Pero… ¿hubo alguna vez once mil vírgenes...? (sobre Erasmo y el arte religioso)”. En: Erasmo en España: la recepción del 
humanismo en el primer renacimiento español. Catálogo de la exposición (Salamanca, 2002-
2003). SEACEX, p. 35. 

RÉAU, Louis (1996-2002): Iconografía del arte cristiano. El Serbal, Barcelona, t. 2, vol. 3, 
pp. 354-363 

FUENTES ESCRITAS:

- SANTIAGO DE LA VORÁGINE: La leyenda dorada [Traducción de MACÍAS, José 
Manuel (1982): Santiago de la Vorágine. La leyenda dorada. Alianza, Madrid, vol. I, pp. 
405-409]. 
- ERASMO DE ROTTERDAM: Moriae encomium [Edición de VOLTES BOU, Pedro (ed.) 
(2000): Elogio de la locura. Espasa Calpe, Madrid. Edición digital: Biblioteca Virtual 
Cervantes, 1999, basada en la edición de Espasa Calpe, Madrid, 1953]. 
- Actas o Breviario de Toledo [Edición de JANINI, José; GONZÁLVEZ, Ramón (1977): 
Catálogo de los manuscritos litúrgicos de la Catedral de Toledo. Diputación Provincial, 
Toledo]. 

ARTÍCULOS:
 García Cuadrado, María Dolores,SAN CRISTÓBAL:SIGNIFICADO ICONOLÓGICO E ICONOGRÁFICO

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